American Neuro Lab, Inc.
TRATAMIENTOS EN RONQUIDO, INSOMNIO, APNEA DEL SUEñO
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Patologías del dormir
Los Trastornos del Dormir (TD) son alteraciones ya sea, en la cantidad, calidad y horario de sueño, así como conductas o fenómenos fisiológicos anormales relacionados con el sueño; con causas orgánicas, medioambientales, relacionadas a trastornos médicos o psiquiátricos, o desconocidas.
Al igual que en otras enfermedades o aspectos de salud, en los TD existen instituciones internacionales que avalan y proporcionan ejes para unificar criterios diagnósticos. Hasta la fecha se han clasificado más de 70 patologías relacionadas con el dormir y la actual Clasificación Internacional de Trastornos del Dormir, Segunda Edición (2005), de la American Academy of Sleep Medicine clasifica los TD en las siguientes ocho categorías:
- Insomnios.
- Trastornos en la respiración relacionados al sueño.
- Hipersomnias de origen central no debidas a trastornos circadianos del dormir, trastornos en la respiración durante el sueño, u otras causas de alteraciones en el sueño nocturno.
- Trastornos del ritmo circadiano de sueño.
- Parasomnias.
- Trastornos del movimiento asociados con el sueño.
- Síntomas aislados, variantes aparentemente normales, problemas no resueltos.
- Otros trastornos del dormir.
La prueba reconocida como el estándar de oro para el diagnóstico de los TD es la polisomnografía. Mediante esta prueba se pueden detectar uno o más trastornos que estén afectando la cantidad o calidad del dormir.
Paradójicamente, aunque los trastornos del dormir tienen una expresión fisiopatológica nocturna, existe evidencia de que afectan en gran medida la ejecución conductual y por lo tanto la funcionalidad para realizar las actividades de la vida cotidiana.
El sistema más afectado a corto plazo es el psicológico/ conductual ya que en primer lugar la falta de un sueño adecuado causa irritabilidad y dolor de cabeza (en los mexicanos), y esta situación tendrá repercusión en el desempeño laboral y las relaciones interpersonales. A mediano plazo se produce fatiga crónica, aumento de peso, cambios notorios en el metabolismo (empiezan a caer mal algunos alimentos que previamente eran disfrutados sin problema, los niveles glucémicos se muestran limítrofes), problemas con la concentración y memoria, cambios significativos en la tensión arterial y síntomas depresivos.
Y a largo plazo, algunos estudios longitudinales han mostrado altas correlaciones entre alteraciones de sueño y: envejecimiento prematuro (mayor edad aparente en relación a la cronológica), obesidad, disminución significativa en algunas funciones cognoscitivas como la memoria, hipertensión arterial sistémica, y afectación cardiaca.
Una vez que se obtiene el diagnóstico mediante polisomnografía se proporciona el tratamiento conductual, farmacológico o ventilatorio más indicado - basados en evidencia científica- que restaure la calidad del sueño y por lo tanto la calidad de vida.